Como las más dulces caricias del
viento pasando por cada partícula de tu cuerpo estremeces las rosas del jardín mágico,
colores brillantes y resplandecientes se
descomponen en el aire rodeando a la niña de ojos grandes con pupilas de
cristal que clava su profunda mirada en algunas estrellas y les confiesa
algunos deseos, luego abre sus cristalinos ojos y se da cuenta que solo era un
sueño con chispas de magia, fantasía y destellos de aquellas estrellas.
Escrito por: Arles Fernando
Zambrano Pérez