En la noche de brillos fugaces cuando mas solas están estas
aguas, la sirena canta sus melodías al viento esperando tocar el silencio y
viajar durante días para llegar a palpar
un corazón con los más hermosos brillos
del agua jamás vistos, espera cerca de lo que alguna vez fue una ciudad que se encuentra sumergida,
entre sus pasadizos le gusta estar a
aquella bella sirena que espera por alguien al que tal vez nunca vera, ahogarlo quiere
llevarlo lejos y congelarlo en un sueño profundo así podrá admirar cada vez que
quiera el color de tan codiciado corazón.
Escrito por: Arles Fernando Zambrano Pérez
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