martes, 27 de septiembre de 2011

Titulo: Derritiendo la esperanza


Por una mirada de unos ojos celestes vale la pena pecar o  provocar la guerra, mágica propietaria de los más profundos y excitantes encuentros
Si mi imaginación no me falla  se empieza a derretir su  corazón como un helado de limón, tenia sacrificios internos pero no fue el centro de su ideología
Porque no buscaba felicidad real y tampoco imaginaria solo tranquilidad donde se derritiera en paz  su helado corazón de limón.




Escrito por: Arles Zambrano     

Los 7 pecados capitales




Envidia: preciosa con sentimiento de codicia por lo que observa o aneja con deseos incontenibles sea para tenerlo o destruirlo

Lujuria: hermosa sin límites  con el mejor placer que carece de control su satisfacción es el contacto físico o metal, muchos deseamos lo que no podemos tener

Gula: cariñosa lo que devoras es lo que reflejas, acción en la que no existen límites no hay principios propios ni abstinencia

Pereza: belleza con rechazo absoluto no siente afán de hacer las cosas, tu vida no tiene tiempo

Soberbia: dulce vanidad  el pecado más común, es la voz del ego individual, con un fin de sentir ser superior ante los otros

Ira: magnifica y peligrosa  con sentimientos muy fuertes deseo de venganza que nace muchas veces del resentimiento, llega a realizar lo que no se podría lograr en mucho tiempo o cosas impredecibles que no lograría la mayoría, es un acto por destruir

Avaricia brillante soledad soy tan pobre que solo poseo dinero, individual sin sentimientos propios por los demás

Los 7 pecados  envueltos en rosas para ocultar su mal, pueden mirar en unos ojos de belleza en donde todo es transformado en una gran ilusión traída para capturar los perseguidos y sus verdugos sin la excepción que los cobija por tener el mal de la marca del 7 en la linea de su vida.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Titulo: Pecado sin pecar


En qué momento por última vez le preguntaron, que al  sentir y ver el dulce encanto de sus hermosos ojos  como ese  dulce y tierno veneno que encierran sus labios, el mismo cielo  se puede sentir  a cinco centímetros de tu angelical rostro
Un sentimiento sin precedentes  que se aloja en lo más profundo de corazones olvidados bajo sensaciones ocultas y  sin recuerdos
Esas muñecas  con su dolor, atrapadas en castillos de estrellas, su brillo proyecta temor, igual florecen una vez más, bailando entre sombras y susurros de cariño, sueñan con un lugar donde puedan volar, pero su corazón enjaulado esta, no pueden querer  es solo un sueño mas en el que ellas creen y nada más.





Escrito por: Arles Zambrano    

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Titulo: destino Complicado

Cuantas veces me pregunte el porqué de mis palabras y sentimientos envueltos en musas de mis recuerdos  y mis presentes las cuales crearon otra realidad  maravillosa pero sin puertas, solo ventanas en donde la admiración de los múltiples ojos podía apreciar sus bellezas al igual que sus magias, una aceptación y un rechazo macabro envuelto en pétalos de rosa con infinitos colores, atrapando en sueños a cada una de ellas alterando realidades inexistentes, compartiendo la ternura de cada uno de sus preciosos ojos espejo claro de cada una de sus almas.







Escrito por: Arles Zambrano   

Titulo: arlequín de ilusiones








Ojos expresivos, una facha un poco ridícula, una sonrisa enigmática,  pero no era un simple actor  de algún teatro era también  servidor secreto por parte de la corte celeste,  a titulo anecdótico  puedo decir que los tenebrosos lo llaman El Arlequín aquellos que han visto su nuevo rostro retroceden con temor, los que no sabían por un momento quedaron inmóviles y estupefactos  al conocer su otra cara  que aterroriza dirigentes por no tener su notable gracia,  y ser un destructor sin sonrisa, pero producto de todo un entorno que opacaba tal sonrisa con dosis  constantes de malos ratos,  por eso sin querer acumulo resentimientos  algo profundos, así que nunca era demasiado prudente sobre todo si  se encontraban implicados personajes  que intervenían en las más altas  instancias del estado,  El Arlequín  había tenido que vivir en secreto  y ni su vida de actor  le permitía gritar sobre un escenario  porque también era un secreto, su redención era ilusoria y nada más.



Escrito por: Arles Zambrano   

Titulo: no querer nada


Cuanta realidad se esconde en no querer lastimar pero por mi realidad y experiencia es algo que siempre hago, puede ser que dentro de mi ser se esconda un verdadero mal  envuelto en caramelo  que confunde una realidad acompañada de muy malas experiencias  y una costumbre  por no querer ser lo que un destino aquella vez quiso para mi, por eso una esencia en mi interior  continua envenenada  para tener la protección  recorriendo el cuerpo por todo su torrente sanguíneo , el rechazo de todos se convirtió en un propio rechazo , gran sencillez y desinterés que provoca envidias  pero que muchos saben  conduce a  no querer nada.





Escrito por: Arles Zambrano  

Frase: Zambrano



El valor dinámico de lo imaginario es ignorado a menudo por el propio creador, en la medida en que su obra permanece impensada y corresponde al público restituirle el sentido que sugiere.




Frase: Zambrano

Titulo: Condenación



Cuando el corazón vuela en cada una de las noches que pasa y pide un abrazo para sentir cobijado sus temores así sea por un instante, pierde el sentido en una piel con fragancia y suave como un copo de nieve, pero así de violento como el invierno y el frio que le acompaña se distancia ya no es más un ser corriente , no es fácil de tener ni de agarrar condeno su propio interior en donde el premio es un caído en edición limitada y sin rumbo capaz de hacer temblores en la tierra tanto dentro y fuera de él solo porque sin pensar un gran cofre de odio empezó alojarse en su pecho pero con la sonrisa mas cálida derritió la llave que lo abre, es  tan inestable que se perturba y sufre mucho por esto debe soportar  ver la atrocidad del mundo pero no debe permitir que nadie salga de este.




Escrito por: Arles Zambrano 

martes, 20 de septiembre de 2011

Titulo: El arlequín sangriento



Cansado de ser un servidor esclavo de todos decidió exterminar en medio de risas y lagrimas con una (oscura comedia del arte) donde solo una ola de oscuro carnaval podía divisar  tal tragedia rosas negras llovían por todos lados  mientras los ataque eran más frecuentes y la risa de todos serian sus lagrimas de sal porque con ellas mismas en sus sueños iban quedando cada uno de ellos no solo por ser esto o aquello saldrías de la sombra macabra que el arlequín puso detrás de tu almohada para darte un último abrazo  cansado de tener  uno o varios chichones en la parte alta de mi mascara.





Escrito por: Arles Zambrano

Invocación


Oh musas del parnaso, acoged la demanda que como humilde suplicante, roído por mil miedos, deposito a vuestros pies, temiendo que en lugar de flores una oleada de imprecaciones caiga sobre mi cabeza.
Astrónomo no soy, ni Historiador, ni Poeta y sin embargo me dispongo, entre los doctores, a disertar sobre todo, confundido por los ardores del neófito  impenitente al que nada detiene.
Hijas de Mnemosine, ayudadme necesito vuestro apoyo para que guie mi tímido paso y así hacer un recorrido sin tacha por la ciencia.
Si pudieseis desarmar la critica pérfida, y a vosotros, los dioses del Olimpo, que todo lo arbitráis  desde las alturas abrirme sonriendo las puertas de la Atlántida.



Del Libro: el Desafío de los Atlantes – Jean Deruelle

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Titulo: Manos rebeldes




Manos impacientes por demostrar otras cosas  de lo que su amo y tirano les obliga a hacer, manos atacadas por la costumbre y monotonía de los días que pasan y pasan.

Eran jóvenes sin un lugar decente donde ir, el licor y ellas eran malos compañeros  siempre lo serian por quitarles motricidad fina

Pero ellas sabían que eran la única prueba de una vida después de un cuerpo

A su amo le picaban todo el tiempo como si pasara por él una leve corriente eléctrica

Cuando el amo descansaba planeaban vengarse y se podía apreciar un espectáculo mudo para dos manos las mejores amigas, manos rebeldes que planearon un ataque de automutilación para su señor tirano el cual en una de sus noches de descanso  perdió ambas en un lago de sangre a lo cual solo pronuncio esta pesadilla no me pertenece y luego solo un cuerpo inerte y sin manos quedo.




Escrito por: Arles Zambrano

Titulo: Ojos que esperan



Una mirada especial, distante, imponente y con magia tierna, piel sensible como los pétalos de una orquídea, un cabello negro y brillante como el resplandor de una sombra bajo la noche

La pregunta es  cuantas musas puede tener un caído capaz de cautivar los venenosos ojos de aquel ser que no posee sino polvo de mariposas sepultadas en su interior, no entiende porque observa los diferentes ojos tratando de encontrar una respuesta para la gran nube de polvo que lleva dentro alimentando un desierto por rellenar.

Escrito por: Arles Zambrano

domingo, 4 de septiembre de 2011

Titulo: Veneno Peligroso


Unos ojos que podían descubrir encantos, un riesgo porque su belleza por si sola le había parecido peligrosa, belleza que se aferraba como un veneno

Pero liberar ese veneno tenía un precio por eso experimentaba un furioso resentimiento contra su persona, orgullo que le salvaba y al mismo tiempo  le condenaba

Ambos estaban acostumbrados a esos cambios repentinos  de la luz a la sombra y de la sombra a la luz, estas casuales transmutaciones representaban para los dos la sal de la vida

Leyó su destino por cierto instante en los ojos de este maravilloso ser, sellaron con un pacto y parecía estar escrito que correrían juntos o separados  a la catástrofe

Miedo y veneno escurriendo por múltiples poros de ambos cuerpos, en el fondo el olor de escándalo que rodeaba estas singulares personalidades era tanto fruto de sus actos como de la frustración, el destino solo se encontraba en una línea que por momentos chocaba entre estos dos seres

Tenían que aceptar esa angustia tan particular que procuraba el irrevocable abandono de ellos mismos a los impulsos del corazón dando como resultado solo veneno.




Escrito por: Arles Zambrano