Ojos expresivos, una facha un poco ridícula, una sonrisa enigmática, pero no era un simple actor de algún teatro era también servidor secreto por parte de la corte celeste, a titulo anecdótico puedo decir que los tenebrosos lo llaman El Arlequín aquellos que han visto su nuevo rostro retroceden con temor, los que no sabían por un momento quedaron inmóviles y estupefactos al conocer su otra cara que aterroriza dirigentes por no tener su notable gracia, y ser un destructor sin sonrisa, pero producto de todo un entorno que opacaba tal sonrisa con dosis constantes de malos ratos, por eso sin querer acumulo resentimientos algo profundos, así que nunca era demasiado prudente sobre todo si se encontraban implicados personajes que intervenían en las más altas instancias del estado, El Arlequín había tenido que vivir en secreto y ni su vida de actor le permitía gritar sobre un escenario porque también era un secreto, su redención era ilusoria y nada más.
Escrito por: Arles Zambrano
Escrito por: Arles Zambrano
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